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¿Qué empleo buscas?

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La respuesta a esta pregunta va a ser muy distinta dependiendo de la situación en que te encuentres en este momento.

Si estás estudiando, posiblemente, busques un trabajo a media jornada o para los fines de semana que te permita dedicar tiempo a tus estudios.

Si llevas años en una empresa y te gusta tu empleo, pero no tus condiciones laborales, quizá debas tantear un poco a la competencia.

Si lo que quieres es iniciarte en una profesión en la que aún no dispones de experiencia, tal vez lo mejor sea intentar conseguir un contrato de formación o de prácticas.

Sea cual sea tu situación, estos son los principales aspectos que deberás tener en cuenta a la hora de buscar empleo.

1. El sueldo.

Uno de los factores que más se suele valorar a la hora de elegir un trabajo es el nivel retributivo. Este es un aspecto clave con un gran peso en la decisión final de la persona.

Ten en cuenta que cuando te encuentres ante una oferta de trabajo debes hacer varias consideraciones relacionadas con este punto: preguntar si te están hablando de salario bruto o neto, informarte de la posibilidad de cobrar incentivos, de la existencia de incrementos graduales por antigüedad, de si se dispone o no de pagas extraordinarias, etc.

2. El ambiente laboral.

Teniendo en cuenta que la gran mayoría de las personas pasan más tiempo con sus compañeros de trabajo que con su familia o amigos, no es de extrañar que un ambiente laboral positivo sea uno de los elementos más valorados por los trabajadores que deciden quedarse en una empresa a pesar de tener otras ofertas mejores desde el punto de vista económico.

De ahí que muchas compañías dediquen bastantes recursos a fomentar el trabajo en equipo, las relaciones personales, la creatividad, la motivación entre sus empleados, etc.

3. La localización de la empresa.

El lugar donde se ubica el centro de trabajo es de vital importancia para la mayoría de las personas. Aunque también hay quien no tiene inconveniente en cambiar de residencia y desplazarse a vivir donde haga falta si la oferta de trabajo es interesante.

Esto va a depender de las prioridades de cada uno. No es lo mismo una persona joven que acaba de terminar sus estudios y quiere conocer mundo que alguien de más edad y con ataduras familiares, este último obviamente va a tener más limitaciones en cuanto a su disponibilidad geográfica.

4. El horario.

Hoy en día, debido al ritmo de trabajo frenético y a la necesidad en muchos hogares de que los dos miembros de la pareja trabajen, cada vez se valora más que una empresa ofrezca facilidades a sus empleados de cara a conciliar la vida laboral y familiar.

De ahí que cada vez sean más comunes las jornadas intensivas (sobre todo en verano) y la flexibilidad de horarios. Y es que la adaptación del horario se ha convertido en un elemento fundamental para las empresas que quieren retener el talento en sus plantillas sin incrementar los costes salariales.

5. Las posibilidades de promoción.

Si el motivo por el que estás buscando trabajo es el de acceder a un puesto de mayor nivel al que tienes en este momento, es muy probable que le otorgues mucha importancia a las posibilidades de promoción que te ofrece una compañía en concreto.

Si este es tu caso quizá te interese enviar el currículum a empresas con una estructura organizativa capaz de cumplir con tus expectativas. Un ejemplo claro son las multinacionales.

6. Las posibilidades de ampliación de la red de contactos.

Hay personas que ante el dilema de tener que elegir entre 2 puestos de trabajo con unas condiciones similares se decantan por aquel que le permite mayores opciones de networking.

Es una opción inteligente, puesto que si más adelante tienen que cambiar de empleo los nuevos contactos pueden resultar de mucha utilidad.

7. Cuando es una vocación.

En el caso de que tengas la suerte de tener clara tu vocación y además cuentes con opciones realistas de poder dedicarte a ella, entonces no lo dudes ni un segundo y lánzate a por tu objetivo.

Cuando el trabajo se vive como una pasión y una fuente de satisfacciones deja de ser, al menos en parte, una obligación.

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